Violencia en las escuelas - Investigación del Centro Gumilla.
"No me gusta venir al liceo es aburrido, es un fastidio, no hay nada divertido que hacer, los profesores son un fastidio, aquí no se hace nada, no me gusta estudiar, me divierto es metiéndome con los chamos."
"Yo quiero ser grandes ligas, a mí lo que me gusta es el béisbol estoy en una academia de béisbol que mi papá me paga con sacrificio pero él me dijo que si a mí me gusta y lo hago bien él me va a apoyar, debo estudiar, sacar buenas notas, portarme bien, no meterme en líos y así el me apoya...practico por aquí por mi casa y los sábados voy a la academia y los juegos entre equipos...quiero ser como Omar Vizquel"
La Fundación Centro Gumilla, a través del Observatorio de Participación y Convivencia Social, decidieron llevar a cabo esta investigación sobre violencia en las escuelas, en las parroquias con mayores índices de criminalidad y homicidios, en Catia y Petare, con la finalidad de propiciar espacios de información, reflexión y acción, con base a los resultados del estudio. En el estudio se realizaron 539 entrevistas entre estudiantes y profesores, en los colegios Fe y Alegría, AVEC y planteles públicos de Catia y Petare
Aquí les presentamos un resumen de los principales resultados del estudio.
La violencia escolar, es una violencia estructural que ha sido incorporada al sistema, perturbando el ambiente escolar, no solamente en el desempeño académico y la calidad de la enseñanza, se va configurando un ambiente escolar hostil que dificulta la socialización en valores de convivencia pacífica, que promuevan el dialogo y la conciliación.
Infraestructura del Plantel
La infraestructura escolar deteriorada o con poco mantenimiento da un mensaje simbólico que el espacio donde se apropian las destrezas básicas está desordenado, lo que propicia la poca identidad con la institución y constituye un factor psicológico de riesgo que contribuye a las múltiples condiciones para la violencia dentro del recinto escolar. Así el ámbito escolar se ve afectado por la carencia en los servicios básicos necesarios para llevar a cabo las actividades dentro del plantel, lo que afecta la calidad de las condiciones en que se imparten las clases.
Dinámica dentro del Plantel
Para los estudiantes las inasistencias de los profesores se presenta como la principal dificultad para recibir clases. En segundo lugar, los problemas entre los estudiantes, hecho que indica que los planteles no poseen mecanismos de control que permitan evitar que estos problemas afecten la dinámica escolar formal.
Según los estudiantes los lugares en el que se presentan más hechos violentos son: en la salida del plantel (72%), en el patio (60%), en el aula de clases (59%), en los pasillos (39%), en los baños (28%)
La violencia en los centros educativos es abierta y desafiante. La violencia no sólo se da entre alumnos y profesores, también se agregan los representantes, que se presentan como entes agresores lo cual influye y aumenta el ámbito hostil que se da en los colegios. La familia y la escuela, más que prevenir la violencia, la propician, y los representantes incluso la ejecutan.
La violencia que se da en la salida ocurre porque los estudiantes consideran que en la salida o fuera del plantel no existen mecanismos u organizaciones que regulen su conducta. Sin embargo, es considerable que dentro del centro educativo los niveles de violencia son representativos, llegando a las aulas de clases, espacio vital para el aprendizaje. Con relación a si los docentes han sentido temor al desplazarse por el plantel han respondido que no se han sentido intimidados por los estudiantes, evidencia que la figura del docente se mantienen como imagen de respeto para los estudiantes; de cada 100 sólo 5 responden que han sido atemorizados. Esta figura de autoridad e imagen de respeto puede considerarse como un punto favorable que permita a los docentes tener diálogo con todos los actores que hacen vida en la comunidad para lograr acuerdos de convivencia.
Ante los hechos de violencia sexual, existe una clara diferencia por zona geográfica, se duplica la evidencia de hechos sexuales en Petare en relación a Catia. Estos hechos de violencia sexual ocurren en cualquier parte de la infraestructura escolar, con mayor frecuencia en el aula de clases. Es interesante destacar que los hechos de índole sexual, se presentan de forma considerable dentro de los planteles, bien sea como juegos sexuales o prácticas de iniciación entre adolescentes, si estos son documentados, a través de cámaras celulares u otro objeto destinado para tal fin, puede ser considerado violencia sexual, ya que se trata de menores de edad y la difusión de estos hechos por medios públicos o de fácil acceso (internet) pueden ocasionar severos da;os psicológicos y morales a las personas que han sido grabadas, siendo además un delito.
Violencia Física
Las peleas son el mecanismo privilegiado por los alumnos para la resolución de conflictos. Sin embargo, se evidencia que la violencia no se da de forma planificada ya que un 87% de los estudiantes se presenta sin armas al momento de la pelea.
Consumo de Sustancias Psicoactivas
Existe una alta evidencia de estudiantes que han sido vistos por los docentes consumiendo alcohol y cigarros, en el plantel, hecho que indica cómo el centro educativo tiene nuevas concepciones para el uso de sus espacios, más que para la formación de los estudiantes. Entre los motivos de los estudiantes para el consumo de estas sustancias encontramos: la presión social, el adquirir algún status y de esta forma sentirse importantes y diferentes al resto de sus pares. Los docentes consideran que de cada 10 estudiantes 1 puede vender sustancias psicoactivas en el plantel, hecho que evidencia el riesgo en el que se encuentran los ni;os, ni;as y adolescentes.
Acudir a un centro educativo no garantizará a estos estudiantes escapar de la violencia con la que habitan. Al contrario, el plantel es una extensión de su cotidianidad, con el adicional, de que con la institución establecen sentimientos que pueden revertirse.
Las niñas suelen ser más constantemente violentas que los niños, son menos tolerantes en la pelea y en la discusión, sin embargo los varones son más contundentes en la agresión física.
Ante esta situación, no se deben reforzar las conductas violentas de los estudiantes en los planteles. Un ejemplo cuando se expulsa a un alumno del plantel por cometer un hecho violento. Al ser expulsado, el joven termina representando una amenaza más grave para el centro educativo, ya que al no estar en la institución puede buscar tomar medidas más drásticas o represalias más graves contra los estudiantes o profesores.
Una de las formas incoherentes en las que la escuela se manifiesta frente a la violencia, es la tendencia a minimizar la gravedad de las agresiones entre iguales, actúan como si no existiera, apoyando de forma implícita a la violencia, producto de una insuficiente respuesta frente a ella, contribuyendo así, con su reproducción y dificultando su superación.
En los barrios caraqueños el malandro se presenta como una figura de autoridad, por lo que los estudiantes pueden verlo como un modelo a seguir, así que se deben reforzar casos exitosos de personas que han logrado superarse a pesar de las condiciones adversas que existen en los barrios caraqueños, como lideres sociales, deportistas, artistas, entre otros.
En la actualidad, la inseguridad con la que viven los niños, niñas y adolescentes pone en riesgo, tanto su desarrollo personal, como sus vidas, por lo que la omisión de esta realidad se convierte en el mayor error que se puede cometer.
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