El fenómeno de las drogas es un problema mundial que cada día va en aumento a pesar de reiterados esfuerzos y millonarias inversiones para detenerlo. Está relacionado con otros problemas sociales, siendo la droga en muchos casos, la causa de éstos, como la delincuencia juvenil, prostitución, bajo rendimiento escolar y laboral, contagio de enfermedades como el Sida, Hepatitis C, entre otros. Así mismo, las drogas son una importante fuente de beneficio económico, que además es un producto que para su comercialización sigue las mismas leyes del mercado de oferta y demanda que se aplican a cualquier otro producto. Es un mercado en el que participan tanto empresas legalmente constituidas como las industrias de licores y los laboratorios internacionales, que producen desde tranquilizantes hasta barbitúricos y anfetaminas, con un supuesto fin medicinal, hasta empresas ilegales que son las que están dedicadas a controlar toda la red de producción y distribución de drogas ilegales, obteniendo en cualquiera de los dos casos fabulosas ganancias. (Del Olmo, 1975)
El uso y abuso de las drogas es, por tanto, multicausal, esta asociado a una serie de factores económicos, culturales, políticos, psicológicos, éticos, jurídicos y geográficos que afectan las dimensiones del desarrollo humano. Sin embargo, la mayoría de las inserciones de las personas a la adicción tiene que ver con carencias afectivas durante la infancia, relaciones disfuncionales en el grupo familiar, la simple atracción de hacer algo prohibido (curiosidad), la rearfimación de la independencia luego de haber crecido en un ambiente hostil, la búsqueda de aceptación y de identidad, entre otros. (Rivas, 2001: 20)
Actualmente, la adicción ha sido definida por el Department of Health and Human Services (2002) como un “deseo compulsivo de obtener y usar drogas, a pesar de las terribles consecuencias personales y sociales que acarrea. No es el resultado de fallas de carácter o deficiencias morales sino de profundos cambios en la estructura y funcionamiento del cerebro. La adicción es una enfermedad neurológica crónica y compleja, pero tratable. La adicción presenta dimensiones biológicas y de conducta muy poderosas”. Como resultado, la mayor parte de los usuarios de drogas no pueden abandonar el hábito por sí solos.
El fármaco dependiente (adicto a cualquier tipo de fármaco) está inhabilitado para una plena aceptación social, posee un estigma, es decir un atributo profundamente desacreditador. La sociedad da los medios para categorizar a las personas y al mismo tiempo los atributos que deben poseer los que pertenecen a cada categoría. Por lo tanto, en las relaciones de la rutina diaria, al conseguirnos con un extraño, las primeras impresiones nos llevaran a prever a que categoría pertenece y cuales son los atributos que posee, es decir, su identidad social. En el caso del fármaco dependiente, éste posee un atributo que lo desacredita y que es incoherente al estereotipo de cómo debe ser un individuo. Se espera que la persona estudie, trabaje, sea responsable y consecuente con su familia, lo cual en la gran mayoría de los casos es imposible para un fármaco dependiente. Esto es de gran importancia porque lleva a que las personas que no son adictas se alejen de el, anulando todos los demás atributos que pudiera poseer. (Goffman, 1963) Podemos citar un ejemplo, en una reunión de Narcóticos Anónimos un muchacho joven relataba su experiencia:
Tenía cuatro días sin bañarme y me monte en un carro por puesto, caminé hasta el final, trataba de bajar los brazos para que no saliera el mal olor, hasta que empezó a montarse la gente, la gente normal que estudia y trabaja. En un momento una señora mayor se paró y fue hasta donde el chofer, éste se paró en una esquina y me mando a bajar, yo le dije que tenía dinero para pagarle y el me dijo que me bajara porque estaba hediondo, entonces tuve que pasar con mi bolsa llena de ropa toda hedionda por entre la gente y bajarme, cada vez que tengo ganas de usar drogas pienso en eso.
Hoy en día, tengo un trabajo donde me tratan bien, pero hubo una situación en que tuve que decir que era alcohólico, no digo que soy drogadicto porque eso me puede perjudicar en mi trabajo, porque en la sociedad es mejor visto el alcohólico que el drogadicto, la gente piensa que el alcohólico no los va a robar, ni que se va a meter en el negocio, en cambio el drogadicto si.
A través de esta experiencia podemos notar que el fármaco dependiente es una persona con muchas experiencias negativas y carencias afectivas. En Caracas existen varias instituciones de ayuda al fármaco dependiente entre las principales encontramos Narcóticos Anónimos y Hogares Crea.
Narcóticos Anónimos comenzaron a funcionar formalmente en Venezuela a partir del 27 de Enero de 1992, con un grupo llamado Ave Fénix ubicado en la Urbanización Chacao. E
n Caracas funcionan grupos en la Iglesia de Chacao, Centro Juvenil Don Bosco, Iglesia del Hatillo, Iglesia de Prados del Este, entre otros, en el interior del país funcionan grupos en Maracay, Valencia, Barquisimeto, San Cristóbal entre otras.
El tratamiento en Narcóticos Anónimos, consiste en que el paciente al concientizarse que tiene un problema y que desea de forma voluntaria dejar de consumir drogas, asiste a grupos de conversación diarios. El fármaco dependiente es visto como un enfermo que necesita ayuda, y con todos los cuidados que amerita esa condición es tratado. En las reuniones hay una atmósfera de recuperación, con un ambiente que dice bienvenido a cada persona nueva que se acerque, lo que se hace patente en que cuando llega un nuevo fármaco dependiente en busca de ayuda todos le dan un abrazo cariñoso y en muchos casos también se los dan entre los que ya llevan tiempo viniendo.
Las frases que son repetidas continuamente por el grupo son solo por hoy no consumo drogas, Narcóticos Anónimos si funciona, sigue viniendo, fuerza grupo y gracias poder superior.
Hogares Crea por su parte, fue fundada en 1983 por el padre José María Rivolta. Es una institución de carácter privado, que se encarga de desarrollar planes de prevención de consumo de drogas, para ser llevados a cabo en la comunidad, en las escuelas, la familia y las empresas.
Para Hogares Crea, el adicto, en la mayoría de los casos, no es un enfermo mental que debe ser objeto de tratamiento médico – psiquiátrico, sino más bien, es un enfermo de la personalidad, sujeto de reeducación integral, bajo un esquema pedagógico inspirado en Erik Erikson, en el cual el entorno familiar y educativo juegan un papel preponderante en la reestructuración de la personalidad y en el reordenamiento de los valores morales, para lograr así su reinserción familiar, laboral y social.
Fuente:
Del Olmo, R. (1975) La socio-política de las drogas Caracas: Ediciones Universidad Central de Venezuela.
Hogares Crea (2006) Tratamiento [Homepage]. http://www.hogarescrea.org, Caracas, Venezuela, Consultado el día 10 de enero de 2006.
Narcóticos Anónimos (2005) Atmósfera en recuperación en NA Way Magazine: the international journal of narcotics anonymous, 22, (4), 3-4.
No hay comentarios:
Publicar un comentario